The Last of Us va a tener una película. Va a ocurrir. It’s happening.
Y no me parece acertado.
Sí, vale, Neil Druckmann está escribiendo el guión y supervisando y todo lo que queráis; me da igual. No estoy aquí para hablar sobre quién ocupa qué rol: lo que vengo a decir es que no me parece una buena idea.
Hablemos de cine y videojuegos. La experiencia ha enseñado a temer una adaptación al cine porque lo más probable es que el resultado se aleje considerablemente de la fuente, y nombres como Uwe Boll o la infame película de Super Mario
(que, por otra parte, la dirigió el más que competente Roland Joffé)
nos han dejado un mal cuerpo. Pero hay algo más allá, algo que dificulta
el que se pueda adaptar de forma acertada un videojuego al cine: en el fondo hablan dos idiomas distintos. El lenguaje del cine es audiovisual, pero el de los videojuegos también es mecánico. Y The Last of Us, curiosamente, representa muy bien el matrimonio entre ambos.
Como dije en su momento, creo que el título de Naughty Dog sabe cuándo ser una película y cuándo un videojuego.
Las cinemáticas marcan los momentos más reflexivos donde los personajes
necesitan expresarse y la jugabilidad nos sumerge por completo en el
viaje: dentro de los videojuegos cinematográficos es un matrimonio
perfecto.
Y luego está el capítulo de Invierno.
Seré directo: no se puede hacer Invierno en cine. Es
un segmento basado en el contraste de sensaciones y eso es muy difícil
de traducir sin interactuar. Quizá consigan acercarse, pero no puede
superar al original.
Muchas películas fallan al adaptar un videojuego, además de por no respetar su fuente, es porque no terminan de comprender esta relación. Si tratáis de imaginar cómo sería una película de Dark Souls o Shadow of the Colossus
lo veréis: los controles importan. No puedes transmitir la sensación de
peligro y la atmósfera tan inquietante del título de From Software si
no estás ahí, si no temes que ese cofre quizá sea un mimo. No puedes
reproducir esa trama que exige explorar, adivinar sacando conclusiones
del entorno y construyendo piezas dispersas por todo el mundo. No puedes
recrear la vasta extensión de la tierra prohibida que recorre Wander ni
ofrecer esa misma sensación de cercanía o la tensión de cada puñalada
si no estás ahí.
Sí, hay directores muy capaces de reproducir sensaciones tan abstractas,
pero no al nivel tan cercano de los videojuegos. Es uno de los aspectos
en los que creo que este nuestro medio supera al cine por defecto.
Pero también estamos dejando de lado otro punto. Lo he dicho otras veces: The Last of Us no es original en absoluto.
Su magia reside en su narrativa, que al mismo tiempo depende de las
mecánicas ¿De qué irá la película? ¿De un grupo sobreviviendo al
cordyceps? ¿Quieres decir como tantas otras películas de zombies?
No creo que ponga nada nuevo sobre la mesa ni consiga llamar realmente
la atención. Hay videojuegos que sí podrían adaptarse perfectamente al
cine (¿dónde tengo que pagar para ver una película de To The Moon?), pero este no es el caso. The Last of Us pertenece a este medio igual que La casa de las hojas pertenece a la literatura. Ambos se pueden adaptar, sí, pero se perderá algo por el camino.
Aunque da igual lo que diga. La película saldrá. Y seguro que se disfruta, eso no voy a negarlo. Pero pasará el tiempo y la olvidaremos.
Y no estará a la altura del original. Una adaptación debería expandir
el material utilizando las virtudes de su medio, y el cine puede hacerlo
con el guión ¿qué dirección puede tomar The Last of Us para hacerse notable en ese sentido?
A decir verdad, no lo sé.
domingo, 9 de marzo de 2014
The Last of Us tendrá una adaptación al cine... ...y eso no es una buena idea
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario