No me gustan los juegos deportivos o de
competición. Como os sucederá a muchos de vosotros, soy un jugador de
títulos con una trama potente, hasta el punto que si la historia o la ambientación no me atrapa, el juego tampoco.
Pero los títulos deportivos de fantasía hacen precisamente eso: añadir
una ambientación única propia, que se traduce a incluir nuevas reglas y
maneras de ganar que no se podrían dar en la realidad. Cuando uno
disfruta de un juego deportivo realista, intenta emular la realidad, es a
lo que le lleva el producto: pretender reproducir fielmente algo que ya
existe, pero cuando hablamos de un Mario Kart, el mundo real no importa.
Sin embargo, los videojuegos de fantasía deportiva acaban sufriendo de las mismas dolencias que los de deportes fidedignos: una vez planteadas sus particulares normas, y siendo éstas asumidas por el jugador, las mejoras que llegan en sucesivas entregas acaban tratando de afinar mecánicas e incorporar nuevos modos de juego, pero sin ser capaces de atrapar a un jugador que busca un nuevo mundo que comprender. De todos modos, gracias a este Mario Kart 64, mi curiosidad e interés por estos juegos sigue ahí, y seguirá siempre. Es por ello que éste es el juego de deportes de fantasía que me ha enamorado del género ¿Cuál es el tuyo?
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